El género operístico nació en torno a 1600 como evento cultural muy elitista que tenía lugar en las cortes, es decir, ofrecido por una corte nobiliaria a sus amigos: las representaciones eran un motivo de ostentación del poder. Pero en 1637, la creación de los teatros públicos y la transición entre el mecenazgo y la gestión privada de los empresarios (Alier 2002) llevaron a una nueva forma de entender el espectáculo de la ópera, de hecho, más por lo que respectaba a la manera de financiarlo que por su contenido “aunque lo primero acabaría ejerciendo una enorme influencia sobre lo segundo” (Alier 2002, 36). Debido a sus antiguos orígenes, la historia de la ópera es muy larga y articulada, pero lo que queremos destacar aquí es su legítima y congénita pertenencia a la cultura popular (Marchesi 1999). Sin embargo, con el avance tecnológico del último siglo, los nuevos medios de información y comunicación parecen haber relegado el género operístico a una forma de cultura elitista y desconectada de la nueva realidad (Adorno 2006; Tambling 1987). El problema actual de la ópera ha impulsado estrategias basadas en la digitalización y la comunicación audiovisual, así como la modernización de su imagen para atraer nuevos públicos (Lacasa Mas y Villanueva Benito 2012). En México, el género operístico se desarrolló sobre todo durante la época del porfiriato (siglo XIX) como medio de difusión de cultura y de información y, a lo largo de su historia, «engaged in reinforcing, challenging, and transforming racial and gender ideals and expectations, as well as competing notions of what constituted the new Mexican “nation” and “identity”» (Agranoff Ochs 2011, 1). Hoy en día, la ópera mexicana se encuentra en una época de esplendor: algunos compositores mexicanos como como Daniel Catán han sido reconocidos internacionalmente y se representan más fuera que dentro del país Enid Negrete[2]. Popmec tuvo el honor de entrevistar a Charles Oppenheim[3] (El Paso, Texas), periodista, editor, traductor, locutor, actor y cantante de ópera, el cual representa perfectamente las dos caras de la ópera. Muy activo en las redes sociales, Oppenheim ha llevado al cabo varias conferencias sobre el tema de la conexión entre cine y ópera[4] y nos parece encarnar la hibridación cultural del cantante lírico en la actualidad y la del mexicano nacido en Estados Unidos.

Las dos orillas de la ópera: Entrevista con el cantante lírico Charles Oppenheim / Lippi, Chiara. - (2021).

Las dos orillas de la ópera: Entrevista con el cantante lírico Charles Oppenheim

Chiara Lippi
2021

Abstract

El género operístico nació en torno a 1600 como evento cultural muy elitista que tenía lugar en las cortes, es decir, ofrecido por una corte nobiliaria a sus amigos: las representaciones eran un motivo de ostentación del poder. Pero en 1637, la creación de los teatros públicos y la transición entre el mecenazgo y la gestión privada de los empresarios (Alier 2002) llevaron a una nueva forma de entender el espectáculo de la ópera, de hecho, más por lo que respectaba a la manera de financiarlo que por su contenido “aunque lo primero acabaría ejerciendo una enorme influencia sobre lo segundo” (Alier 2002, 36). Debido a sus antiguos orígenes, la historia de la ópera es muy larga y articulada, pero lo que queremos destacar aquí es su legítima y congénita pertenencia a la cultura popular (Marchesi 1999). Sin embargo, con el avance tecnológico del último siglo, los nuevos medios de información y comunicación parecen haber relegado el género operístico a una forma de cultura elitista y desconectada de la nueva realidad (Adorno 2006; Tambling 1987). El problema actual de la ópera ha impulsado estrategias basadas en la digitalización y la comunicación audiovisual, así como la modernización de su imagen para atraer nuevos públicos (Lacasa Mas y Villanueva Benito 2012). En México, el género operístico se desarrolló sobre todo durante la época del porfiriato (siglo XIX) como medio de difusión de cultura y de información y, a lo largo de su historia, «engaged in reinforcing, challenging, and transforming racial and gender ideals and expectations, as well as competing notions of what constituted the new Mexican “nation” and “identity”» (Agranoff Ochs 2011, 1). Hoy en día, la ópera mexicana se encuentra en una época de esplendor: algunos compositores mexicanos como como Daniel Catán han sido reconocidos internacionalmente y se representan más fuera que dentro del país Enid Negrete[2]. Popmec tuvo el honor de entrevistar a Charles Oppenheim[3] (El Paso, Texas), periodista, editor, traductor, locutor, actor y cantante de ópera, el cual representa perfectamente las dos caras de la ópera. Muy activo en las redes sociales, Oppenheim ha llevado al cabo varias conferencias sobre el tema de la conexión entre cine y ópera[4] y nos parece encarnar la hibridación cultural del cantante lírico en la actualidad y la del mexicano nacido en Estados Unidos.
2021
Lippi, Chiara
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